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[Texto] La co-construcción de políticas culturales locales y regionales como reto nacional

Ponencia presentada en la Mesa sobre «Retos de las Políticas Culturales a nivel Local y Regional» realizada como parte del Foro Internacional de Cultura. Presentó: Irina Yanovich (Arteria Cultural). Fecha: Jueves 26 de octubre, 2017 – 3PM | Lugar: Ministerio de Cultura, Lima.


Descarga las diapositivas utilizadas (PDF, 834K) .

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Buenas tardes a todas y todos.

Quisiéramos agradecer al Ministerio de Cultura por invitarnos a participar como Alianza Peruana de Organizaciones Culturales (o APOC) en este primer Foro Internacional de Cultura.

Mi nombre es Irina Yanovich y soy líder de Arteria Cultural, una organización que promueve la gestión y la política cultural en la Amazonía. Formamos parte de la APOC desde sus inicios y presentaremos esta ponencia como representantes de la misma. Hablaremos desde la perspectiva de la sociedad civil organizada.

Empecemos con algunos datos generales:

¿Cómo se formó la APOC y qué buscamos?

La APOC surge de un proceso de articulación ciudadana entre organizaciones culturales de todo el país que empezó en junio de 2016, a partir de una Convocatoria Abierta para participar en la primera temporada del “Programa Descentralizado de Pre/Encuentros”.

Esta temporada tuvo como resultado 25 Pre/Encuentros realizados en 15 regiones, donde participaron más de 600 personas y al menos 370 organizaciones culturales. Los Pre/Encuentros fueron reuniones locales o temáticas donde se propusieron ideas para el desarrollo de políticas culturales.

La organización de los Pre/Encuentros estuvo a cargo de 75 organizaciones, trabajando de manera autogestionada. Son estas organizaciones las que hoy construyen la Alianza.

El Programa, impulsado por Culturaperu.org — la organización que junto a Tándem fundó el Encuentro Nacional de Cultura (ENC) en 2011 — buscó dos cosas: darle una nueva forma al ENC y generar una “Agenda de Incidencia Compartida” desde la ciudadanía.

Desde este año la Alianza estará a cargo de promover las siguientes ediciones del Encuentro, así como de la implementación de la Agenda.

¿Cuales son los principios de la Alianza?

Muy brevemente:

La APOC concibe a la cultura desde una visión amplia, integral, viva y dinámica. Apostamos por la diversidad y asumimos un enfoque inter-generacional, intercultural, de respeto a los derechos humanos, al medio ambiente, a las diversidades sexuales y de género. Somos autónomos orgánicamente frente al gobierno, los partidos políticos y los credos.

¿Qué es la Agenda de Incidencia Compartida?

La Agenda no sólo es un documento. Se trata de una herramienta y una estrategia de la sociedad civil para transformar las políticas culturales a nivel local, regional y nacional. La primera versión de la Agenda fue elaborada a partir de la sistematización de los 25 Pre/Encuentros realizados.

Está herramienta está en permanente desarrollo y hoy contiene 12 capítulos de distintos temas relevantes para la ciudadanía, como: Gobernanza y Participación Ciudadana, Asociatividad, Cultura Viva Comunitaria, Economías de la Cultura, Ambiente, entre otros.

Cabe mencionar que además se presentaron las bases de capítulos sobre Personas con Discapacidad, Género y derechos de las personas LGBTIQ — textos que están siendo fortalecidos a partir de los aportes logrados durante 5to Encuentro realizado en Iquitos. En esta ponencia presentaremos algunas ideas que provienen directamente de la Agenda.

Con esto en mente, queremos proponer lo siguiente:

Que el reto PRINCIPAL a nivel local y regional es la “co-construcción” de políticas culturales.

Con “co-construcción” nos referimos al trabajo conjunto entre Estado y sociedad civil para diseñar, implementar y evaluar políticas culturales. Una co-construcción supone la colaboración entre Estado y sociedad civil para garantizar:

— Mayor legitimidad,
— Mayor relevancia,
— Mayor efectividad y
— Mayor sostenibilidad de las políticas culturales.

Esta colaboración implica iniciar y sostener una relación de trabajo.

De la calidad de esta relación depende que esta co-construcción sea efectivamente positiva y constructiva.

Consideramos que la co-construcción de políticas culturales a nivel local y regional es necesaria para superar una serie de problemas que se entrelazan entre sí.

A continuación listamos los más importantes.

Primero:

La visión de la cultura como factor de desarrollo NO es compartida por los diversos actores y sectores sociales.

Esto se aprecia, por ejemplo, en cómo muchas autoridades locales y regionales desconocen el rol de la cultura en la mejora de la calidad de vida de las poblaciones.

Constatamos que además la propia ciudadanía tiende a subestimar el papel que juega la cultura en la generación de comunidades más sostenibles, saludables, seguras, inclusivas y democráticas.

Segundo:

“La ausencia de políticas culturales” es uno de los problemas principales identificados por las organizaciones. Esta ausencia puede ser entendida como la PERCEPCIÓN de una carencia o de la debilidad CONCRETA de políticas culturales existentes.

Las organizaciones confirman que muchas de las políticas culturales que sí existen, y que en muchos casos fueron logradas con mucho esfuerzo, no se cumplen. Este contexto pone en riesgo la sostenibilidad de esfuerzos para promover proyectos culturales y limita las oportunidades de colaboración entre Estado y sociedad civil.

Adicionalmente, los esfuerzos por generar políticas culturales intersectoriales — que aborden los vínculos del sector cultural con salud, educación, seguridad, medio ambiente, por ejemplo — se ven seriamente limitados.

Tercero:

Falta de apoyo desde las autoridades. Las organizaciones percibimos que los gobiernos locales y regionales están, en la mayoría de casos, ausentes en las dinámicas de transformación social desde la cultura.

Este problema también tiene varios niveles. Por un lado, notamos que muchos funcionarios desconocen las prácticas de gestión cultural y los derechos culturales de la ciudadanía en el marco de sus atribuciones, territorios y competencias. Por otro lado se constata que en muchos contextos no hay interés de los funcionarios en escuchar a las organizaciones culturales. Todo esto se suma a una débil institucionalidad cultural actual.

En algunos casos se evidencian ejemplos de abuso y clientelismo desde las instituciones públicas. En varios contextos se constata que la burocracia entrampa acciones y actividades culturales diversas.
Este contexto general mantiene y refuerza brechas entre autoridades y sociedad civil.

Cuarto:

Falta de información, de transparencia y de medición de impacto. No se cuenta con información suficiente sobre iniciativas y programas culturales impulsados por Estado. Hay una falta de transparencia en las instituciones públicas, tanto a nivel local, como regional y nacional.

En algunos casos se describen experiencias de rechazo explícito hacia la participación, al derecho de acceso a la información y a la exigencia de una rendición de cuentas por parte de autoridades.

Por otro lado, no se cuenta con instrumentos que midan el impacto de las políticas, lo cual impide una serie de conversaciones y debates.

Evidentemente los problemas no vienen únicamente del Estado.

También existen limitaciones de la sociedad civil para incidir en el diseño de políticas culturales.

Como sociedad civil tenemos capacidades limitadas para impulsar demandas ciudadanas y se siente el poco interés del sector cultural en involucrarse de manera constante y compleja, técnica tal vez, en procesos de participación ciudadana.

Esto obedece también a otros obstáculos estructurales, como el centralismo, experiencias incipientes o truncas, la desconfianza y la precariedad laboral generalizada, el temor o padecimiento concreto de represalias y estigmatizaciones, entre otras.

Esto último representa un problema central, que le compete en distintas dimensiones al Estado y a quienes formamos parte de la sociedad civil.

CREEMOS que lograr políticas culturales desde una co-construcción implica desarrollar y fortalecer una serie de capacidades, tanto desde la sociedad civil como desde el Estado.

En esta oportunidad mencionaremos algunas de las más relevantes:

PRIMERO:

Necesitamos desarrollar capacidades para diseñar políticas culturales desde la colaboración y el diálogo permanente entre Estado y Sociedad Civil.

Esta es la CO-CONSTRUCCIÓN que hemos mencionado desde el inicio, y para la cual se requieren varias cosas, como:

  1. Capacitar y sensibilizar a las autoridades locales y regionales sobre el derecho a la cultura y a la participación de la ciudadanía. Con ciudadanía nos referimos a todos los ciudadanos, y no sólo a la participación de personas entendidas como “notables”. Esta distinción debe desaparecer.
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  2. Necesitamos además SENSIBILIZAR a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada sobre la importancia de participar en procesos de diseño de política pública y lo que esto implica o exige.
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  3. Debemos GENERAR espacios de diálogo entre Estado y sociedad civil, que no se limiten a actividades aisladas, sino que se estructuren a través de mecanismos permanentes e institucionalizados (como Consejos Locales y Regionales de Cultura). La generación de espacios también implica que la sociedad civil busque activamente una relación con el Estado, acercando a los funcionarios públicos a las realidades culturales que muchas veces desconocen.
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  4. Necesitamos REDUCIR barreras a la participación, generando estrategias que consideren brechas existentes, así como los tiempos de la sociedad civil, sus estructuras de representación y de toma de decisión.

SEGUNDO:

Necesitamos desarrollar capacidades para diseñar políticas culturales desde una visión de planificación estratégica, a largo plazo. No solo debemos considerar el diseño de políticas culturales, sino también su implementación y evaluación.

Esto es clave porque si en nuestra localidad o región no existe un Plan Municipal o Plan Regional de Cultura, entonces sabremos que estamos “debatiendo en el aire”, sobre las acciones de un gobierno específico, que no está pensando más allá de sí mismo.

TERCERO:

Necesitamos que el gobierno desarrolle capacidades locales y regionales para rendir cuentas y hacer transparente la información. Referirnos al “Portal Único de Transparencia” cada vez que se solicita información sobre el gasto en cultura a nivel local o regional, es contribuir a mantener un clima de incertidumbre y desconfianza.

Desarrollar capacidades para rendir cuentas y asegurar la transparencia no implica únicamente saber publicar información de manera oficial, sino fortalecer valores y actitudes que ven al ciudadano-que-exige-información NO como un antagonista, sino como un ALIADO y como un sujeto pleno de derecho.

Volver a la transparencia pro-activa y no reactiva debe ser un objetivo de cualquier gobierno democrático.

CUARTO:

Por último, como sociedad civil necesitamos desarrollar capacidades para trabajar e incidir en conjunto.

Esto pasa por generar y sostener y espacios de diálogo entre organizaciones, sin depender del apoyo estatal y de los tiempos del gobierno de turno. Necesitamos encargarnos de las distancias que nosotros, como sociedad civil, mantenemos entre nosotros mismos. Todo asunto de interés público en nuestro sector es una oportunidad para encontrarnos y conocernos, más allá de nuestras diferencias.

Queremos terminar recordando que en este momento nos encontramos en un proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura, una herramienta de gestión y de gobierno que nunca hemos tenido como país.

Considerando lo antes mencionado, quisiéramos recomendar tres cosas:

PRIMERO: Que se institucionalice un mecanismo de participación ciudadana permanente en el proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura.

Más allá de la Comisión Consultiva existente, necesitamos un mecanismo más amplio, de participación ciudadana, con representantes de todas las regiones.

SEGUNDO: Que se haga transparente la información recopilada hasta este momento a través de los talleres realizados, y que se publique la estrategia que se está utilizando para sistematizar la información.

Este es quizás el asunto sobre el cual la sociedad civil tiene menos claridad e información.

TERCERO: Que se no se limite la consulta pública de la propuesta de Política Nacional de Cultura a una consulta virtual, y a una serie de reuniones descentralizadas para recoger aportes de la sociedad civil.

Si bien estas dos cosas son FUNDAMENTALES, necesitamos iniciar un diálogo abierto sobre diversos temas, en los cuales no necesariamente hay consenso y que requieren de espacios para su abordaje y debate.

Finalmente, creemos que uno de los problemas más grandes que tenemos para fortalecer las políticas culturales a nivel local y regional es la ausencia de un modelo de descentralización de la institucionalidad cultural.

No existe NINGÚN debate público sobre la descentralización en nuestro sector, ni informes técnicos y públicos sobre lo que esto podría implicar en los siguientes años, ni proyectos que aborden las debilidades que enfrentamos para superar los obstáculos que impiden una descentralización efectiva.

Considerando este contexto, creemos que debemos asumir a la descentralización como un proceso que va más allá de la desconcentración administrativa.

Una verdadera descentralización deberá asumirse como un reto ÉTICO y POLÍTICO de carácter nacional, que no puede pensarse desde Lima, sino que debe responder, justamente a un proceso de diálogo nacional y de co-construcción de criterios, metas y objetivos para respetar y valorar la diversidad cultural que existe en nuestro país.

Muchas gracias.

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Esta ponencia fue elaborada por Mauricio Delfín, Secretario Técnico de la Alianza Peruana de Organizaciones Culturales (APOC), con la participación de Diego de la Cruz, Coordinador Nacional de la APOC, y de Irina Yanovich, Líder de Arteria Cultural. La ponencia fue validada por la Comisión de Comunicaciones de la APOC y las organizaciones que forman parte de la Alianza. Las ideas contenidas en la ponencia provienen de la Agenda de Incidencia Compartida (AIC), elaborada a partir de los aportes de más de 600 personas, incluyendo representantes de más de 370 organizaciones culturales en 15 regiones del Perú. 

Foto de cabecera: Carlos Cook

6 observaciones de la sociedad civil al proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura

El 17 de octubre de 2017 las organizaciones que forman parte de la  Alianza Peruana de Organizaciones Culturales (APOC) enviaron 6 observaciones al proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura que viene impulsando el Ministerio de Cultura en los últimos meses.

   Descarga las observaciones enviadas al Ministerio de Cultura aquí (Expediente: 37130-2017).

La primera observación tiene que ver con la falta de información sobre el proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura. Si bien el ministerio ha anunciado desde agosto que se publicará una página web con toda la información necesaria para conocer los objetivos, plan y cronograma del proceso, esto aún no se ha realizado.

La segunda observación subraya la falta de información sobre lo realizado hasta este momento. Actualmente no se conoce, por ejemplo, quienes fueron los que participaron en los “talleres de expertos”, o sobre las organizaciones y actores sociales que han tomado parte en los talleres macro-regionales hasta la fecha. Tampoco se tiene acceso a los resultados de dichos talleres, de tal forma que pueda entenderse como los aportes se van sumando hacia un documento final.

La tercera observación se refiere a cómo la elaboración de la Política Nacional de Cultura se está realizando de manera apresurada. Se menciona que muchas de las invitaciones a organizaciones de la sociedad civil para participar en el proceso se han realizado con muy poca anticipación, lo cual “denota una falta de comprensión de las formas de trabajo y de organización de la sociedad civil organizada, la misma que requiere de tiempos para tomar decisiones como organización – a veces incluso como red de organizaciones – respetando procesos, cargos y reglas internas de trabajo”. Se menciona que la estrategia actual privilegia los tiempos del sector público y que no considera los tiempos y la institucionalidad propia de la sociedad civil, sus estructuras de organización y representación y las formas de comunicación oficial.

La cuarta observación indica que los talleres que se han realizado se han desarrollado únicamente en contextos urbanos, en castellano y sin considerar la participación de personas con discapacidad. La quinta observación subraya que, si bien la metodología elegida es eficiente y buena para obtener aportes en corto tiempo, se desaprovecha la participación de la sociedad civil organizada para impulsar otro tipo de procesos de reflexión y de construccion de una relación con esta, que garantice la sostenibilidad de la iniciativa a lo largo del tiempo.

La sexta y última observación es que aún no se da cuenta del impulso de un enfoque intersectorial en el desarrollo de la Política Nacional de Cultura. Esto es importante por el carácter transversal de las políticas culturales, que exige abrir diálogos y aprovechar aprendizajes que provienen otros sectores del Estado — con el Ministerio de Educación, Salud e Interior, por ejemplo — cuyas experiencias permitirían para comprender mejor las diferentes formas en que la dimensión cultural impacta la calidad de vida en las diversas regiones y comunidades de nuestro país.

La Alianza considera que la Política Nacional de Cultura es “un marco normativo que impactará en todas nuestras realidades y comunidades, y por tanto debe ser construida en diálogo abierto, descentralizado, permanente y transparente con la ciudadanía”. Se recuerda que en el 5ENC realizado en agosto, la Alianza resaltó la necesidad de que el Ministerio de Cultura institucionalice un mecanismo de participación ciudadana permanente en este proceso, pues “la sostenibilidad de la política pública implica la participación de la sociedad civil en el proceso de diseño, implementación y evaluación de la misma”.

En la carta, la Alianza propone “priorizar un proceso que considere y responda, no sólo a la diversidad cultural del país, sino también a los obstáculos que impiden que esta sea asumida a cabalidad». Según la APOC, este reconocimiento debe verse reflejado en la estrategia misma de desarrollo de la Política Nacional de Cultura, pues «solo así se podrá contar con algo más que un documento, logrando una Política que goce de legitimidad y sostenibilidad al concebirse como la construcción abierta de un horizonte compartido para el desarrollo cultural en el Perú».

Por último la Alianza solicita que el proceso de elaboración de la Política Nacional de Cultura se amplíe y no culmine en el mes de diciembre, como se ha anunciado. Se solicita la inmediata publicación oficial  de la estrategia de desarrollo de la Política Nacional de Cultura, y una modificación de la misma para atender a las observaciones listadas.

Según la APOC, “la estrategia actual aún no garantiza un proceso abierto, inclusivo y democrático para la elaboración de la Política Nacional de Cultura que queremos.”

Suscriben la carta la Alianza Peruana de Organizaciones Culturales (APOC) y las siguientes organizaciones:

  • Arte Crecer (Iquitos)
  • Art-Restauro (Cusco)
  • Arteria Cultural (Iquitos)
  • Asociación de Artistas Aficionados (Lima)
  • Asociación Civil Solar (Lima)
  • Centro Cultural Centenario (Chimbote)
  • Comediantes Itinerantes (Trujillo)
  • Defensores del patrimonio Mosoq Yawar (Cusco)
  • Galileo Galilei (Lima)
  • Gextores de la Cultura (Piura)
  • GOLPETIERRA, Red Peruana de Cultura (Lima)
  • Grupo Cultural Pukllay (Lima)
  • Laboratorio Kintu (Ayacucho)
  • Inventa Play (Lima)
  • Más Cultura Más Perú (Lima)
  • Museo de Arte Infantil José Carlos Dávila Pessagno (Lima)
  • Pacto Santa Anita (Lima)
  • Plataforma CVC de Lima (Lima)
  • Red Cultural de San Juan de Lurigancho (Lima)
  • RENAJUV Lambayeque (Lambayeque)
  • ONG Mandala (Arequipa)
  • Ruwashayku, comunicación y cultura (Cusco)
  • Teatro Experimental de la UNSA (Arequipa)
  • Wikimedia Perú (Callao)
  • Wiphala+ (Cajamarca)

Luego de entregada la carta, suscriben:

  • Pazos Arte para la Educación (Lima)
  • Iguana org (Chiclayo)
  • Portavoz Perú (Lima)

 

 Descarga la Carta enviada al Ministerio de Cultura, aquí.